2008-01-24

Ganas nos faltan. Hoy


Da vergüencita la desfachatez con que este Gobierno asume, con toda tranquilidad, la manipulación de la ley, según convenga a sus intereses particulares. Sí, y da vergüencita principalmente porque son ellos los que más se llenan la boca con las grandes palabras, las que hablan del honor, la honestidad y la honradez democrática pacífica y tolerante, que ni un año les duró.
Andamos alucinados en TODOS CON ALAS con que la ciudadanía no se tire boca abajo en su sofá, o que ande cariacontecida y abrumada tras las declaraciones del presidente del Gobierno en El Mundo. Sabemos que es normal que la política tenga que ocultar ciertas circunstancias, ciertos hechos oscuros como las conversaciones con los terroristas tras la T-4. Pero lo alucinante es que lo admita, después de negarlo, y que aquí no pase nada... que no dé vergüencita a la gente, vamos.
A mí me da vergüencita ajena que, ahora, el fiscal diga que ha llegado el momento de actuar contra los que siempre hemos sabido que eran de la ETA o marionetas suyas. Pero no porque responda a los intereses del Estado, que ya estaría mal, sino porque, también lo sabemos, responde a los intereses del partido. Una vergüencita, digo.


La cuestión es qué pasará en menos de lo que esperamos para que a la gente le deje de dar vergüencita y pase, casi en un abrir y cerrar de ojos, de ésa a la vergüenza, de ahí a la indignación y a poco a ciertas respuestas desagradables ante las crisis que ya se otean.

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