2007-11-23

satsicsafitna vs antifascistas


¡Qué cosas pasan! Resulta que el Sindicato de Estudiantes y otros grupos sindicales convocan una manifestación “antifascista” para protestar por el asesinato, dicen a manos de un neonazi, de un joven, y llegan otros antifascistas y se lían a palos con ellos. Resulta que los antifascistas están divididos, parece, entre antifas-puros y antifas-fascistas, a juzgar por los comentarios de los convocantes y de algunos columnistas, curiosamente, afines a Libertad Digital.

Es cierto que el Sindicato de Estudiantes siempre ha sido sospechoso de connivencia con el poder, sobre todo cuando el poder es socialista y está en el gobierno, pero hasta ahora no había tenido ocasión de ver cómo en una manifestación antifascista los asistentes se pegaban entre ellos. Y eso que sí había visto, y muy de cerca, reventar manifestaciones del SE por parte de estos grupos más radicales, más revolucionarios, más a antifascistas y más puros en su pureza roja que aquellos.

Aunque esto no es nuevo. Es habitual que entre las distintas izquierdas haya conflictos, muchas veces a muerte, como se demostró durante la Guerra Civil española o durante la revolución rusa y aún después de ella. Normalmente las izquierdas, una vez toman el poder, tienden a purgar a sus miembros más o menos revolucionarios en aras de una mayor pureza en los principios teóricos y en la praxis revolucionaria. La pureza revolucionaria es el fin por el que se tiende a la eliminación de los agentes colaboradores u oportunistas, como parece era el caso de la manifestación del pasado día.

Lo bueno de ser antifascista es que en esa amalgama ideológica cabe todo: desde liberales a comunistas, desde anarquistas a socialdemócratas, desde miembros de la derecha hasta a miembros del tradicionalismo o incluso de la ultraderecha. Es tan raro que alguien se declare fascista como que alguien diga que es un “hijo de la gran puta”. Lo normal, además, es que si uno se declara fascista siempre haya alguien que le diga: “tú lo que eres es un hijo de la gran pu…”. Y casi en el mismo instante en que se deslicen esas últimas sílabas por el cerco de su boca arremeta con contundente opercout de zurda contra la cara del atolondrado fascista. Así está el patio. Y así, hace tiempo ya, lo contaba Unamuno.

Pero mientras el patio así esté, es probable que los antifascistas vayan a la caza de los fascistas y que a falta de estos vuelvan su rabia antifascista contra lo primero que se les cruce en su camino. Así, normalmente veremos que en las manifestaciones antifascistas habrá carreras y golpes, quema de contenedores, persecución de presuntos fascistas portadores de algún símbolo asimilable a la temible ideología (o psicología) fascista, petardos, gritos, policías, ambulancias y medios de comunicación, aunque no haya fascistas en las inmediaciones y ni se les espere. De todos estos elementos, además, siempre es posible buscar algún componente fascista. Por ejemplo: ¿no es la policía fascista por definición?, ¿no lo son las ambulancias con sus luces y sirenas que impiden la verdadera emancipación de las garras del poder de los obreros y estudiantes, siempre juntos y adelante?, ¿no lo son los ciudadanos que no se unen a los actos de repulsa del fascismo?, ¿no lo son esos mismos ciudadanos que se adhieren a los antifas pero que secretamente piensan fascista?, ¿no lo es la AVT, que algo harían sus miembros, y los que no pueden serlo ya, en su día para que ETA los… desfascistase?, ¿no lo era el camarero sudamericano que el otro día me clavo 1´50 euros por un café?, ¿no lo es Aznar?

En fin, que puede que parezcan pocos pero es que “el fascismo avanza si no se le combate”. Y no sólo eso, sino que ideas como la de que “el fascismo se cura leyendo”, no son lo suficientemente contundentes para erradicar el posible fascismo que en un momento dado pueda surgir en los cuerpos y en las mentes, como un cáncer social a erradicar, de nuestros jóvenes y mayores. Por eso hay que estar vigilantes, atentos a cualquier desvío en la doctrina antifascista. Ojo al parche de las posibles amistades, de los comentarios, de las insinuaciones, de la forma de vestir… ojito que te pilla el virus, chaval. Escudríñate. Reflexiona sobre tus actos. Pregunta a tus amigos. Dite, ¿no soy yo un poco fascista?

1 comentario:

A dijo...

fascista, más que fascista!!