2007-10-15

Desde el este con horror


Dos películas muy interesantes, que pueden llegar a poner los pelos de punta por su crudeza, y que hemos visto recientemente son Promesas del este y Lilja-4 ever. Ambas tienen una temática coincidente, aunque cada una explora y se centra en distintos aspectos de la misma. El tema principal de Promesas del este, del director David Cronenberg, como en su anterior película Una historia de violencia, es la violencia mafiosa, y muy especialmente la explotación (violencia) sexual a la que son sometidas algunas jóvenes del antiguo bloque soviético, engañadas mediante falsas promesas de prosperidad en el paraíso occidental. Cronenberg utiliza como hilo argumental el diario de una de esas niñas y a su hija recién nacida, fruto de una violación, para desarrollar una inquietante trama centrada en la mafia rusa afincada en Londres, con sus rituales, asesinatos, sucios negocios y traiciones. Por su parte, el director de Lilja-4 ever, el sueco Lukas Moodysson, se centra directamente en la vida y destino de una de esas niñas, desde el abandono por parte de su madre, y en general de toda una sociedad económicamente deshecha y moralmente putrefacta, hasta su total explotación como objeto sexual en un país rico.

Aunque Promesas del este tenga el tema de la explotación sexual infantil a la vista sus pretensiones son más ambiciosas, sus personajes, sobre todo el protagonizado por Vigo Mortensen, son más densos y pretende una reflexión más intelectual del tema principal, mediante la incursión en la ambigüedad moral del protagonista, de sus fines y explorando un terreno más amplio que el concretamente representado por Moodysson. Asimismo, la película de Cronenberg destila cierto glamour hollywoodiense, resultando más entretenida y fácil de ver. No ocurre esto con el largometraje del director sueco. De principio a fin la película podría verse como un documental, sin que ello desmerezca en ningún momento el interés narrativo ni las mechas líricas que el director sabe introducir en el grueso del “flin”. Es, pues, muchísimo más cruda. Sin embargo, en ningún momento es desagradable. La puesta en escena de la violencia sexual está más implícita que explícita en las escenas en las que Lilja no es más que un objeto sexual que se compra y se vende, un trozo de carne con ojos.

Por otro lado, las pretensiones de Cronenberg, entendidas como reflexión profunda de la violencia, pudieran ser entendidas como coartada para la puesta en escena de una nueva película de acción, aunque de gran calidad artística. Ese punto de falsedad que podríamos encontrar en la película de David Cronenberg, llegado el caso, no aparecen por ningún lado en la película del director sueco. Lilja-4 ever es una dramática historia de violencia, desamparo y explotación sexual; una amarga denuncia de lo que ocurre con cientos, miles… ¿cientos de miles? de niñas y niños en el primer, segundo y tercer mundo, aquí al lado.

Nota:
En ambas "pinículas" los personajes secundarios tienen un gran peso en el conjunto de la narración. La vida y el destino de esos personajes resultan tan conmovedores y sobrecogedores como el de los principales. Estén en un lado o en el otro de la balanza de la vida. Sean víctimas o verdugos en la narración de estas dos grandes películas que os aconsejamos veáis como siempre… gratuitamente vía la mula que yo quiero.

Nota 2:
También es muy bonito y de mucho gusto ir al cine. Actualmente Promesas del este está en nuestras pantallas, a 6 o 7 euros el pase. Ni que decir tiene que en todosconalas estamos con el cine (faltaría plus) y con las salas de cine, donde las películas tienen un sabor especial. Pero, coño, meterle el dedillo en el ojo a la SGAE es tan chachi que no nos resistimos.


¡emuleaquealgoquea!

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