2007-08-29

La escalada


Es un lugar común que la guerra es la continuación de la política por otros medios. De este modo se entiende, o se debería entender, que la guerra es algo que tiene que ver con los estados y con la política que desarrollan a fin de mantener su eutaxia. De otro modo diremos que la guerra no es necesaria toda vez que los estados que pudieran llegar a ser enemigos se plegasen a nuestra política, a las voluntades que estén en función de nuestra eutaxia. Así, por ejemplo, no hubiera sido necesaria la 2ª guerra de Irak si Sadam se hubiera plegado a todas las exigencias de los EE.UU, incluso facilitando su entrega para su posterior juicio, etc. No hubiera habido guerra de Corea si los useños hubiesen entendido comprensibles las reivindicaciones y la invasión del Sur por parte de los coreanos del Norte. De una manera más sencilla: “dos no discuten si uno no quiere”. A lo que podríamos añadir que “quien calla (o no actua) otorga”.

En los últimas días hemos conocido que zapatero reconoció al primer ministro francés que se equivocó en la regularización masiva de inmigrantes que impulsó recién llegado al poder. Aquella que provocó el efecto llamada, el asalto a nuestra frontera sur, la muerte de unos cuantos miles de personas en el estrecho y en aguas del Atlántico, el desbordamiento de los servicios de atención a los inmigrantes, nuestras ciudades repletas de inmigrantes que vagan como si fuesen zombis o que acaban en la marginación, en muchos casos en la delincuencia o, en el mejor de ellos, trabajando sin contrato, etcétera.

Bueno, pues resulta que, como incluso se entendería natural en estos casos, Zapatero ha negado ante los españoles haber dicho tales cosas. “No, no. La regularización estuvo pero que muy bien. Son los franceses los que se han equivocado, probablemente con la traducción o la interpretación, de las palabras de nuestro presidente.” Así que, negadas las declaraciones del primer ministro de Francia, o sea ¡del Primer Ministro de Francia!, sólo nos queda esperar a la rectificación de estos mesies. Esperar significa aquí presionar con los medios políticos pertinentes para lograr los objetivos que nuestro gobierno se propone a fin de mantener la eu... bueno, a fin de lo que sea. El caso es que los galos deben rectificar. Pero, debido a que ya no pintamos nada y las presiones políticas, que tienen que ver con la economía, con los acuerdos comerciales, con los proyectos en los que nuestros vecinos nos necesiten & Cia, no surten efecto alguno sólo nos queda como salida la guerra con Francia.

El órdago que nuestro presidente ha echado a los gabachos debe convertirse ya en ultimátum formal, retirada del embajador español en Francia y en el movimiento pronto y eficaz de algunas divisiones hacia la frontera francesa. Así, seguro que se pliegan a la voluntad de nuestro presidente y rectifican ya, de una santa vez, las calumniosas, insidiosas y mentirosas declaraciones del mardito Fillon. ¡Se van a enterar estos de quien es ZP!

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