2007-05-24

Apunte para la jornada de reflexión


Uno de los más brillantes descubrimientos de las sociedades democráticas de mercado pletórico es el de la creación de las condiciones para la libertad hacia el uso o consumo de bienes particulares ofrecida por este mercado (trajes, viajes, drogas, etc.); pero sobre todo, la oferta y la demanda para el uso o consumo de los cuerpos , mediante la promiscuidad sexual o el incremento de la vida sexual de parejas en cambio permanente; un uso o consumo que, aunque no sea directamente mercantil (por ejemplo, en el contexto de la prostitución), tiene incidencias inmediatas en el mercado de bienes o de servicios relacionado con la industria cosmética, la cirugía plástica, con las salas de fiesta, con el turismo, con la alimentación, con las bebidas... Con estos intercambios, los jóvenes y menos jóvenes entran en su mayoría de edad dotados de programas y planes de libertad infinitos: viajar a ciudades elegidas entre cientos, establecer relaciones sexuales, no ya con una pareja sino con decenas de parejas sucesivas, adquirir bienes de mercado fungibles, etc. De este modo, la vida en libertad encuentra horizontes inagotables: uso y consumo individual que no requiere mayores conocimientos en el individuo, ni los permite. Los usuarios y los consumidores más activos de la democracia ni siquiera tendrán tiempo para escuchar un mitin o para ir a votar a una urna. Y si votan tampoco dispondrán de elementos de juicio: obran más bien por reacción a estímulos puntuales (-este candidato tiene bigotes y lo rechazo, el otro no los tiene y le voto-).

Gustavo Bueno. Panfleto contra la democracia realmente existente. (Ed: La Esfera de los Libros. 2004 . Página, 198.)

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