2007-07-04


Han cobrado gran fama y renombre las películas de zombis. Desde que Romero hiciera aquella estupenda “Noche de muertos vivientes”, dando forma contemporánea a lo que sería la especie de las películas de zombis dentro del género de terror, han corrido muchos años. En los últimos diez años se ha revitalizado esta especie y numerosos proyectos cinematográficos tienen a los zombis como alteregos de ciudadanos comunes que luchan por sobrevivir a sus mordiscos. Los zombis son masa (algunos dicen que “masa progresista”), los supervivientes siempre personas individuales que se asocian, con las consecuentes tramas dramáticas y argumentales que se generan, para sobrevivir al infierno en la tierra. Y ello a pesar de que en la última película de George A. Romero “La tierra de los muertos vivientes” los zombis también tienen sus corazoncito y son más personas, casi, que los propias personas vivas. La última película de zombis de Romero es pues menos de zombis y más sobre la Alianza de las Civilizaciones, apostando por la convivencia y la comprensión hacia esos otros seres que tendrían la sana costumbre de comerse nuestros cuerpos en crudo.

Tanto en “28 días después” como en “28 semanas después”, en la revisión de la peli de Romero hecha por el director de “300” Zack Snyder también, el tema ha vuelto a coger nuevos bríos. Los zombis, estén muertos o vivos (como en “28 ... después”), son rápidos y fuertes. Ello imprime un ritmo frenético a las escenas de acoso, proporcionando una mayor tensión en el desarrollo de las películas. Antes los zombis eran lentos y débiles y si acababan con los personajes era a causa de su enorme número que colapsaba, en la mayoría de casos, las defensas preparadas para su contención. Ahora ocurre algo similar, sí, pero a una velocidad de vértigo.

“28 semanas después” es una película de estupendo terror, nos parece que incluso mejor que la primera de la serie, que se presume larga teniendo en cuenta el final abierto con que termina. Aunque no sean zombis en sentido estricto, pues no están muertos sino vivos e infectados con un virus, la película cumple con todos los requisitos para pertenecer al tipo clásico de pelis de zombis, superando en calidad la serie de Romero. A lo mejor algún purista podría echar en falta algún personaje egoísta y esencialmente malvado que antepone su persona ante la de cualquiera, valiéndose de cualquier medio para sobrevivir, algo muy frecuente en este tipo de películas. Al contrario. Los personajes y las situaciones que se describen son perfectamente verosímiles y los actos de generosidad podrían ser tan reales como la vida misma. Del mismo modo ocurre con las situaciones en las que algún personaje antepone su vida a la de otros, abandonando a los suyos. En esas situaciones el sentimiento de culpa, la conciencia de haber cometido un acto terriblemente egoísta persiguen a quien lo realizó. Los personajes no son ni buenos ni malos y tampoco lo es el ejercito de EEUU encargado de la repoblación y reconstrucción de la asolada Londres. Hay quien ha visto una crítica feroz al ejercito useño o una metáfora del poder militar incapaz de afrontar situaciones de crisis sin hacer uso de su enorme poder de destrucción. Es erróneo pensar así. A nuestro juicio el ejercito representado en la película actúa como mejor puede, de forma correcta y profesional, y el final le da la razón al ejercito.


Suponemos que ZP, todo un adalid del mundo zombi, se sentirá muy contento con el último trabajo de Romero y nada contento con el del director español de “28 semanas después”, pues seguirá pensando que “hablando se entiende la gente”.

6 comentarios:

Tetra Brik dijo...

Adjunto enlace relacionado y pertinente xa los nuevos.

1 abrazo envasado:

http://textostextostextos.blogspot.com/2007/06/toidomundozombiesunmundoprogre.html

Gabriel María dijo...

La ví el viernes y me pareció magnífica. También pesimista, pues los valores familiares y de amistad -opuestos al utilitarismo moral del ejército- son los que posibilitan que la plaga se extienda y amenace a Europa entera.

Y tengo una dduda: en la primera, ¿los zombies actuaban a la luz del día como en ésta?

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues a m� me resulta hilarante. Pasado el acojone inicial, empec� a partirme de risa no bien el helic�ptero militar hizo trizas a los zombies en el campo. El mismo secreto placer que descubr� en la mirada del padre infectado, regocijado en la tar�a de comerse cruda a la gente, se hizo patente en mi coraz�n. Y es que debe ser una gozada dar de lado el trabajo, la hipoteca, el co�azo de tu jefe, las convenciones sociales que aburren, el ligoteo y todo lo que en la modernidad ha sido transmutado en plomo, para correr libre por las calles mordiendo a la gente.

Gabriel María dijo...

Siento discrepar. Como decía Diógenes, no es la vida la que odiamos, sino la mala vida. Si la suya le aburre, cambiela. Pero sin morder a nadie; que nadie tiene la culpa de verte caer.

Anónimo dijo...

Mire, yo solo como crudo el atún (y en un japonés). Pero convendrá conmigo en que este tipo de filmes, entre los que incluyo a los de Kitano, producen en el espectador hastiado una liberación de las malas pasiones. Algo así como el fútbol.

Gabriel María dijo...

Pse.